viernes, 22 de agosto de 2008

De días aguados

Ah, el romanticismo de un día de lluvia… Existe un grupo selecto de personas que disfrutan tremendamente de los días nublados y tormentosos, en el sentido climático de la palabra.. yo soy una de ellas. Hay algo poético y muy hermoso en mirar la lluvia y saber que uno está calentito y seco, o estar caminando bajo la lluvia y saber que va a llegar a un destino templado, y con suerte, a sentarse a compartir una taza de chocolate caliente con la compañía ideal, si está acompañado de una humeante chipa, mejor.

Hoy por primera vez no me gustó tanto como siempre la idea de que llueva, y esta vez tuvo que ver con el hecho de que por primera vez era responsable de recoger la ropa que estaba colgada a secar, y que no me hacía la más mínima gracia volver a lavar.

Así que ahí estaba yo, con el pijama y los championes puesto a modo de zuecos, saltando en el tendedero con una toalla sobre la cabeza, lo cual dificulta considerablemente la capacidad de visión. Habré dado la impresión de estar bailando la danza de la lluvia para mis pobres vecinos, espectadores obligados de mis hazañas domésticas. La buena noticia es que rescaté la ropa y no hay que volver a lavar nada. Otro día heroico en mi hogar.

Y hablando de heroísmo, ya trataron alguna vez de despertar a una persona con hábitos de sueño extremo? Mi esposo es un dormidor profesional…es capaz de dormirse con alguien hablándole directamente a la cara en cuestión de segundos… normalmente no me importaría, pero cuando esta clase de cosas pasan en público, me agarra una sensación de bochorno tal que apenas veo que su cabeza empieza a balancearse peligrosamente para adelante y para atrás, comienzo con lo que a simple vista parecerían tics nerviosos (“pobre, 25 años y tan stressada!”) codeos, puntapiés, no tan discretos golpecitos en la pierna, y el pobre tratando de permanecer despierto en una tarea titánica. Habitualmente se recupera en forma milagrosa apenas salimos a comer algo o nos levantamos de la reunión donde estábamos, pero yo ya salgo con 2 años de vida menos y la sensación de que todo el mundo piensa que de noche no dormimos.

Así que algo de eso se desarrolla todos los días en nuestra casa. Con él mostrándose bastante más reacio a mis estímulos para sacarle de la cama y yo siendo bastante menos sutil. Y comienza el clásico destaparle por completo, para ver si con el frío no se despabila (no tengo tanta suerte), el prender todas las luces, el poner música a todo volumen, o el noticiero consabido, para ver si las malas noticias no le arruinan la fiesta soñolienta.. y aprendí con la última maniobra que el hombre no se inmuta con las malas noticias, es como que se muestra testigo de ellas y una vez informado, celebra no ser el objeto del informe en cuestión, y todo está en paz con el mundo.

Finalmente, y en algo que se repite todos los días ceremoniosamente, faltando 20 minutos para la hora de entrada en su trabajo, el individuo emerge de entre las sábanas y comienza su ritual de preparación de la mañana. Y que los que dicen que las mujeres tardamos en arreglarnos me muerdan el zapato. En mi vida vi alguien tan puntilloso con su apariencia ni que se tome tanto tiempo para vestirse. Creo que tiene la impresión de que en uno de estos días va a aparecerse Calvin Klein por su oficina buscando un nuevo modelo para su próxima campaña, porque desfila por el cuarto haciendo tres o cuatro cambios de remeras y jeans hasta encontrar lo que el considera adecuado, así nos sentamos a desayunar y salimos como alma que sigue el diablo todos y cada uno de los días, más aún en los días de lluvia.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...