viernes, 28 de enero de 2011

Cinco cosas (que me ponen pirevaí*)

Uno de los blogs que sigo tiene por costumbre compartir los viernes 5 cosas que le hace feliz (ver cupcakesandcashmere)..y yo, fiel a mi estilo, hoy pensé que sería bueno hacer catarsis y compartir 5 cosas que odio. Así que, voilá:


-Ir al super: a diferencia de la mayoría de las mujeres que conozco, hay algo enfermizo en el clima acondicionado y el olor de cosas de plástico, mezclado con comida, verdura, y elementos de limpieza que me resulta por completo angustioso. No entiendo que encuentran de satisfactorio en la experiencia esas señoras que pasean horas y horas dando vueltas por los pasillos con sus carritos, agarrando y dejando cosas. Si algún día estas en el super y ves a una tipa corriendo como una desquiciada, tirando cosas en su carrito sin mirar, soy yo; tratando de salir de ahí lo más rápido posible. Pero si me gritás “Ña Pao” me quedo y saludo un ratito. Tan desagradable no soy.


-Ir a la peluquería: ok, ya sé. Estarán pensando que alguien se comió a Ña Pao y ocupó su lugar para conquistar el mundo, pero la verdad es que detesto ir a la peluquería, siempre fue así. De toda la población femenina mundial, debo ser parte del 0,0003% que no aguanta la peluquería..simplemente me resulta intolerable el quedarme sentada teniendo que esperar que alguien se digne atenderme (y con mi suerte, la mitad de las veces se olvidan de mi y termino esperando el doble). Para completar mi tortura, te sientan y mientras te pintan las uñas te preguntan sobre tu vida como si les interesara medianamente para otra cosa que no sea llenar el aire (y si es un lugar al que vas a menudo, para chismosear descaradamente sobre tus intimidades a tus espaldas). Ok, señora peluquera, ya sé que mi mama me traia desde que tengo 5 para que me hagas las trenzas, pero no tengo el menor interés en contarte que piensa mi esposo sobre mi tendencia a dormir con medias. No vengo a que seas mi amiga, cortame el pelo y terminamos ambas de fingir cordialidad, si?..


-Perder cosas: yo NO soy de las que pierden cosas. Es más, no pierdo casi nada. Tengo cosas de cuando era chica que me acompañaron en decenas de mudanzas y continúan a mi lado. Entonces se imaginarán mi desolación cuando en la misma semana perdí mis dos anillos favoritos. LOS DOS. Es un tiempo triste para mi..y considerando que uno de mis anillos tenía un número de piedras por las cuales me guiaba para recordar todo lo que necesito trabajar en mi carácter (paz, paciencia, bondad, benignidad, templanza, mansedumbre y sabiduría) tengo que advertirles: no cuenten con que recuerde cuáles eran esos frutos que tenía que mejorar en un principio. Ven? Perder cosas me hace peor persona. Anillos, vuelvan!!!


-Quedarme trancada en el tráfico: hay un post entero sobre este tema, así de mucho odio.


-Que se vaya la luz: en una semana que todavía no termina, ya son dos noches sin luz. La ANDE nos hizo promesas como un novio calentón a una novia quinceañera. Hasta ahora, ninguna cumplida, solo un calor pesado, espantoso, angustiante y grosero, que parece aún peor que el verano pasado. Y yo, ya lo saben, no soy buena tolerando el calor. Dame dolor, frío, hambre, tacos demasiado altos: no tengo problemas. Calor? EL.FIN.DEL.MUNDO. Ayuda cuando el hombre de tu vida no alimenta la ansiedad que te come por dentro y seca el llanto de tu desesperación ante el inminente sarpullido que te va a salir con el calor incivil de república bananera y ausencia de energía eléctrica para sobrevivir. Fui enviada a dormir en lo de mi madre, mientras mi héroe se quedaba a enfrentar al enemigo en la oscuridad.


Realmente creo que este blog va a seguir de una tonalidad gris petróleo tirando a negro (como negro se queda todo cuando se va la luz. Si ando muy monotemática) que puedo hacer para consolarme ante tanta desazón?


Dejen tips si pueden, mientras voy a buscar un poco de sidra helada..


*pirevaí: “mala piel” en guaraní, de ánimo insoportable.
*ANDE: Administración Nacional de Electricidad (la venganza será divina y me mudaré a Suiza, ya van a ver)

miércoles, 19 de enero de 2011

Mi pelopincho se pinchó.

foto vía taringa!


Como casi todo lo que compone la realidad paraguaya, el calor es sufrido en mi terruño. MUY sufrido. Es húmedo y pesado y, contrariamente a lo que un ex dictador ordenaba para tranquilizar a las masas y aportar a la desinformación colectiva diciendo que en Paraguay la temperatura jamás pasaba de 30° C, en realidad acá la temperatura sube a niveles obscenos. No es de extrañarse las tilingadas que vemos se mandan a diario propios y extraños.


El calor tiene la propiedad de quitarnos de nuestras casillas, de hacernos querer estrellar la cabeza contra la pared, de considerar seriamente salir a correr en bolas por la calle con un cacho de bananas en la espalda, como diría mi querida gorda. Y yo nunca fui de las que tiene paciencia con el calor. Ni la perspectiva del verano me emociona. Es más, lo habrán notado anteriormente con mi oda al invierno en posts previos, donde contaba que mi modus operandi ideal es en temperaturas menores de 20 grados, siempre. Si mal no recuerdo en la clase de historia contemporánea de la facu nos contaron que el día en que los franceses finalmente se levantaron en Revolución fue el más caluroso en muchos años. Y si, si sumás calor, humedad, pelo sin depilar, gente que no se baña, hambre, caca en las calles y descontento hacia el régimen monárquico tenés la fórmula lista para un kilombo de padre y señor nuestro, y es exactamente lo que pasó.


Y llegando al punto del post de hoy, ya saben que el esposo es de ideas descabelladas, o por decir lo menos, fuera de lo común. Es más, se gana la vida con eso. Así que cuando me emplazó a tomar una decisión entre comprar un Split para la sala o un pelopincho* porque el no pensaba sentarse a rascarse con ladrillos este verano, tomé mi postura con tranquilidad casi monacal. Un pelopincho es una buena idea, no se compara ni medianamente al costo de un Split, se arma y se desarma y hasta suena simpático, qué habría más inofensivo que eso?..


Informé con calma mi decisión y le dejé las obligaciones de compra al esposo, saliendo raudamente para el trabajo. Me hubiera fijado que sonaba a lo lejos una carcajada malévola.

jueves, 13 de enero de 2011

2011

Notable lo rápido que pasa el tiempo cuando se suman las actividades mundanas como pagar cuentas, encargarse de mandados, comprar bozales para perro (larga historia) etc. No puedo negar que extraño mucho escribir, pero la verdad es que muchos más posts de los que quiero contar arrancaron y se quedaron en "...". Así que hoy, me obligo a escribir, aunque solo sea para contarles 5 resoluciones para este año que, he decidido, será aplastantemente mejor que el que pasó (que tuvo cosas que desear, les diré)


Este 2011 voy a:

1. Creer más y dudar menos

2. Tener menos miedo

3. Viajar más (a donde se pueda)

4. Comer más rico y moverme más

5. Postear más (ja!)


Querido 2011, que seas bueno, leve y que no duelas. Que los aprendizajes no cuesten tanto y las risas sean más. Que los amores perduren y la amistad sea entre pocos, pero real. Y cuando llegue la hora de irte,  no me salgas con historias raras, que sea una despedida rápida y civilizada.





Feliz año a ustedes, queridos. Quieren compartir sus resoluciones?
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