viernes, 28 de septiembre de 2012

Calma a prueba de llaves


Continuando con el tópico de amigas esplendorosas que me enseñan lecciones de vida, abordado la semana pasada, quiero contarles lo que me paso esta semana estando en compañía de mi querida amiga Cintia. Veran, Cintia es una mujer muy ocupada, gerente de una importante división en una empresa líder del país y ciertamente una de las damas mas glamorosas que conozco, pero tiene esa elegancia inherente, no forzada, y lo que es mas llamativo, humilde. Elegancia humilde? si, esa elegancia que no te refriega en la cara, que no te hace sentir inadecuada o carente de buen gusto o medios para expresarlo.

Entonces, habíamos quedado con mi amiga de encontrarnos para ir a caminar-rapidamente-porque-correr-te-impide-hablar-bien en el Parque de la Salud que esta detrás del Banco Central, y que es uno de mis lugares favoritos para correr. A eso de las 6 de la tarde llegamos y procedimos, previa determinación de hacer 3 vueltas, a empezar el circuito. Cuando hay que ponerse al día el tiempo vuela.

Una hora después, cacareando como gallinas y habiendo llegado a la meta de la jornada, enfilamos para la salida después de haber estirado. Entonces, es cuando mi amiga se percata que no encontraba por ningún lado sus llaves del auto… silencio… le mire con turbación bovina y di media vuelta, procediendo a meter mi cabeza entre los arbustines donde habíamos estirado, pensando lógicamente que la llave se había caído ahí. Nada.

Ahora, que pasa con las cosas que se le caen a uno, que uno vuelve sobre sus pasos y terminan estando siempre en los lugares mas descabellados, y donde lo mas seguro es que no hayamos estado en un principio? una de las explicaciones es la Ley de Murphy, claro. Sea lo que sea, se aplicaba en todo rigor ese día, porque por supuesto, no nos quedo otra que volver a dar una vuelta en el parque, mirando para abajo con pinta de enajenadas, preguntando cada 500 metros a un guardia "señor, no le entregaron una llave por acá?" todos, pero todos los guardias a quienes les preguntamos nos miraban dudosos, como si no fuera creíble nuestra historia y nos gustara andar jorobadas por el Parque, lleno de mujeres de punta en blanco, que nos disparaban las mismas miradas, les diré. 

Como era de esperarse y, a pesar de un empedernido intento de permanecer optimistas, la llave no fue hallada en toda esa interminable vuelta que dimos (nada es mas largo que una vuelta mas a un circuito cuando ya hiciste lo estipulado en el día). Para cuando llegamos al principio de nuevo, había caído la noche, la gente comenzaba a irse y todo tomaba un tinte francamente dramático. 

O quizás me estoy describiendo a mi misma. Ustedes me conocen, tiendo a mostrar normalmente un tinte dramático y un flair para el novelerismo que sinceramente es digno de salario. Estoy segura que si dejaba todo y me iba a tocar las puertas de Televisa, hoy seria villana de novelas. El punto es que miraba a mi amiga, barajando opciones, mientras ella con calma monacal inspeccionaba milimetricamente el baño del lugar y pasmada, me daba cuenta que ella estaba como si todo estuviera completamente normal. Fuimos a la recepción, nada. La casilla principal de guardia, nada. Y yo, exagerada innata, cada vez mas asustada y nerviosa, hablando cada vez mas fuerte "NO PASA NADA!!!! SI ES UNA LLAVE NOMAS, CUANTO DIJISTE QUE CUESTA VOLVER A HACER UNA!?? Y OS SEGURO TE TRAE ENSEGUIDA LA COPIAAJAJAJAJAJAHH!! QUE ANECDOTA!! QUIEN ES ESE SR. QUE NOS MIRA RARO!?? TIENE UN HACHA??  ESE PERRO PARECE UN LUISON!! NO?? VAMOS A MI AUTO QUE VA A APARECER SEGURO AHI!!!".

A modo de disculpa por mi errático comportamiento le dije "me impresiona tu temple". Y ella, sabiendo que yo en su lugar estaría tirada en el piso, clamando a propios y extraños de mi tragedia preguntando si algún día volvería a ver mi hogar, me dijo "no pasa nada, Os va a traer la otra llave y ya, o veremos que hacemos" y llamo a su esposo -un santo varón, que de inmediato partió con la llave de repuesto desde la otra punta de la ciudad-. Eran las 8 y media. Volvimos una ultima vez al ingreso a preguntar si por providencia divina había aparecido la llave y, oh sorpresa! un buen samaritano había encontrado y devuelto. Nos abrazamos como si hubiéramos ganado el dobles de Roland Garros y partimos raudamente cada una por su lado.

Las dos grandes reflexiones que me quedan: 

1. Mantener calma bajo presión es una disciplina. Y es admirable quien logra dominarla, la histeria lo único que hace es nublarte la visión. Y hacerte hablar pavadas, muy fuerte.

2. Hay gente buena todavía, que devuelve llaves de hermosos autos, habiendo podido causar un perjuicio. Y eso renueva mi fe en la humanidad.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Lo bueno de lo malo


Hace una semana vi a una de esas amigas que no importa cuanto tiempo haya pasado de la ultima vez que la viste, parece que no paso ni un solo día, todas tenemos de esas, verdad?. Es una de las personas mas cercanas a mi corazón y nos encontramos con motivo del lanzamiento del nuevo disco de su esposo. Para la ocasión, trate de ponerme linda y llegamos con mi estimado al celebrado evento. Pero cual fue mi sorpresa cuando entro y veo a una mujer despampanante, de rojo rabioso, darse la vuelta y levantarse para abrazarme. Era mi amiga.

No tendría nada de raro que mi amiga se levante a recibirnos ni mucho menos, mi sorpresa en realidad no era por eso. Era porque esta bella dama estaba ESTUPENDA. Con 16 kilos menos de peso, la piel lustrosa y la cara radiante, esta era definitivamente la versión mejoradisima de mi querida amiga, a quien no había visto en unos 6 meses. Y como yo tengo la bendición y la cruz de no poder disimular en mi cara lo que pienso -jamas, siempre se me nota todo- le dije nomas de entrada lo que estaba pensando: "Yam, estasestupendanopuedocreertenesquecontarmequehicisteYA!". Ella, que conoce mi corazón como su mano, tiro una carcajada al aire y nos guio a nuestra mesa, donde me comento la fuente de su maravilloso makeover.

Lo que me dijo fue tan profundo en su sabiduría y dicho con tanto amor que hasta ahora, que me siento a escribir, me sigo asombrando. Me comento que poquitos días después de la ultima vez que nos vimos, comenzo a sentir fortísimos dolores de espalda, tan agudos que la inmovilizaron, y que para desplazarse sin ayuda la obligaban a caminar como los bebes, a gatas. Al consultar al respecto de los dolores, que no pasaban con absolutamente nada, le dijeron que era una hernia. La hernia requería un reposo severo, en cama moviendo lo mínimo, por lo menos por tres meses. 

Durante estos tres meses su apetito -o mas bien, gusto empedernido por comer- disminuyo muchísimo. Como lo ultimo que quería era sentirse pesada, encima de tener que estar confinada a su cama, comía sano, fruta, verdura, tomaba agua para mantenerse hidratada. Y así pasaron los meses hasta que el medico recomendó arrancar con algún tipo de ejercicio que pueda ayudar a fortalecer su columna. Se decidio por pilates reformer. Como comprendía la seriedad de la cuestión, no se hizo la remolona y con colosal fuerza de voluntad, a las 6 en punto estaba día tras día en su gym lista para su clase. En total, en todos esos meses, perdió 16 kilos.

Pero lo que me voló la cabeza fue la gratitud con la que me contaba el dolor que tuvo que pasar. Me dijo que para ella resultaba un desafio muy grande el cuidarse en lo que comía -para quien no?- y que no había forma de juntar determinación suficiente para ir al gimnasio o hacer algún tipo de actividad física. Me contó que ella veía como una enfermedad que parece un castigo o una maldición, para ella fue una bendición que le permitió apreciar el dolor de una forma distinta. Lo que sana no habría podido hacer por falta de disciplina y fuerza de voluntad, lo pudo hacer por una enfermedad. Que impresionante madurez y sabiduría. Yo apenas tengo el indicio de un estornudo ya me rasgo las vestiduras mientras levanto la mano cerrada en puño al cielo, gritando "paaaaar queeeeeee!!!". Jamas de los jamases se me ocurriría estar agradecida por haber enfrentado una enfermedad. Que manera de abrazar la vida.

Que todas las cosas -inclusive las que a nuestros ojos son malas- ayudan a bien, es lo que cree y practica esta mujer formidable. Hace meses ya esta sana, pero la disciplina se convirtió en habito y sigue todos los días firme a las 6, lista para hacer su pilates.  También come mucho mejor, y sigue disfrutando lo que le gusta, pero aprendió a medirse de manera que pueda seguir disfrutando también de lo que ve cuando se mira al espejo. Y debo decir que la espectacularidad que se ve ahora, no hizo otra cosa que igualar lo que hay dentro de ella.

Realmente, esta historia no se trata de que antes mi amada Yamili era gordita y ahora es una esbelta pinup. No quiero que se pierdan en el contexto o que parezca una detraccion a la gordura de las mas susceptibles.. Si vos estas pasada de peso, sos feliz así, y tu salud no se ve en riesgo, fabuloso. Lo mío pasa porque odio que mi cuerpo me impida hacer cosas, me importa mucho mi salud, años atrás tuve mis tiempos de -muchos- kilos de mas, y no pienso volver a ver esos números en la balanza nunca mas.  Lo que rescato hoy es que una mujer valiente, no se quedo a darse un baño en las aguas de la autocompasion, y vio en una etapa de crisis una oportunidad para alcanzar algo que era importante para ella. Y eso es digno de admirar.

pd: Feliz Primavera!

lunes, 10 de septiembre de 2012

Cocina para inoperantes domesticas. Cena en 10 minutos.

Como están, queridas? -dicho con tono Sarita Garofalo-. De regreso al blog después de algunos dias de cosas no tan lindas de contar, que eventualmente voy a encontrar la forma de hacerlo. Pero hoy, vengo con una propuesta gastronomica.

Debido al inesperado afecto con que fue recibida mi primera instalación  de Cocina para inoperantes domesticas, hoy regreso con una nueva entrega. Si bien mis habilidades en la cocina mejoraron exponencialmente desde ese primer post, mi regla numero uno sigue siendo: pasar el menor tiempo posible esclavizada cocinando. Estar en la cocina, si. Pasarme la noche cocinando, no.

En esta ocasión, gustosa les presento la receta y el paso a paso de una adaptación que hice del plato de mi muy admirado Jamie Oliver: Papas al vapor con cilantro y queso crema.

Primero, que necesitamos?

-papas (pueder ser dos, cuatro, seis, las que uds gusten)
-sal
-medio limon
-cilantro, mas conocido en Paraguay como Kuratu
-dos cucharadas de queso cremoso (el que se unta)
-manteca (para los gorditos que gusten)
-papel film (en la gondola del super)

Una vez que tenemos todo listo, arrancamos! Pongan un cronometro, porque van a tener una cena lista tan rapido que les va a dar vuelta la cabeza.

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