viernes, 27 de julio de 2012

Abrazar la vida, aunque te pegue!

Viste cuando amaneces y por alguna razón inexplicable, tu piel esta linda, tu pelo brilla, tu sonrisa esta radiante y tu panza amanece chata? no se hagan como que no, hay días así y a todas nos tocaron. Lo que hay que tener en cuenta, sacando a relucir al inefable Murphy, es que casi siempre esos días van a ser cuando no te encuentres con nadie importante, no necesites estar impecable, y no tengas ningún lugar en particular a donde ir.

Bueno, ayer era un día donde necesitaba estar impecable. Hace unos meses, en un día común y silvestre, recibí la llamada de la gente de Dove Paraguay, que quería reunirse conmigo y con el blog. Considerando que aparte de los perros, este blogcito es lo mas cercano que tengo a un hijo y que Dove representa enfáticamente a mujeres reales en el mundo entero, me sentí como se ha de sentir una mama que es llamada por la profe para recibir felicitaciones por su pequeño vástago. Parti oronda a la reunión y me contaron de una nueva campaña de la cual querían que forme parte, para invitar a ustedes, que con tanta lealtad han seguido el blog por estos años, a abrazar la vida.

Abrazar la vida, es básicamente lo que hacemos todos los días de nuestra existencia. Hay buenos momentos, hay malos momentos, duros, felices, extremos, cómicos, pero cada día que te levantas y decidís seguir adelante a pesar de cuanta piedra se ponga en tu camino, y ponerle garra y actitud porque sos mujer y tenes un traje de superheroina debajo de tu ropa; eso es abrazar la vida. Asi que emocionadisima acepte, y ayer llego el día tan esperado, el lanzamiento oficial de la campaña.

Por supuesto, planifique con antelación mi atuendo para el magno evento -despues de mucho ir y venir en mi Pinterest- y deje tiempo libre suficiente para pasar por la pelu, que por mucho que deteste, justificaba la ocasión. Asi que al salir del trabajo, salí rauda a la peluquería para el recauchutaje correspondiente.

Llego al estacionamiento donde suelo dejar el autin, y resulta que la cuadra estaba colmada de autos. La razón? ni idea. Reviso el twitter para chequear si había alguna manifestación o algo semejante, pero nada. Solo un atasco de Padre y señor mío en la cuadra donde estaciono. Cabe mencionar que en ese momento se larga un chaparrón que imposibilitaba que deje el auto en cualquier parte nomas y corra a mi destino, iba a arruinarme de regreso al auto, así que lentamente hice la cola y retome para dar la vuelta, segura que el atasco momentáneo iba a pasar para ese entonces. Subo las cuadras que me toma regresar, y vuelvo y encuentro un auto en mitad de la calle, con luces de stop. No en doble fila, en mitad DE LA CALLE. Otro atasco de 20 minutos. Respiro y en mi terquedad decido dar  una nueva vuelta y retomar, para encontrar a la tercera vez autos trancados EN EL ESTACIONAMIENTO. A estas alturas era una hora de estar dando vueltas como calesita en el centro de la ciudad, a las 4 de la tarde. Sabia que tenia que estar lista para las 6 y media. Aun así, repetí el proceso tres veces mas. Tres veces mas. Todas las veces infructuosas. Sin estacionamiento, con lluvia, con pelos parados, con uñas espantosas. Ya se, están dudando seriamente de mis facultades mentales. Yo también.

Al sexto infructuoso intento, me di por vencida y me dije que iba a comprar un lindo esmalte y un delineador, porque me tenia que maquillar y no soy propietaria de gran variedad de maquillaje, debo admitir. Iba a domar mi pelo con spray y orar por el amor a todos los shampúes antifrizz del mundo porque nadie se de cuenta.

Entonces, y siempre bajo la lluvia, parto a la farmacia a buscar lo que necesitaba, en el camino evito que me choque una señora que aparentemente estaba manejando con sus pies, porque con sus manos agarraba un celular, y al llegar veo una góndola semi vacía que tenia -yo no les miento- 4 colores de esmalte y CERO lápices delineadores. Le pregunto a la encargada si era todo lo que tenia y me dijo con cara de oler flatulencias "pse". Algun día tengo que escribir sobre las ínfulas que se dan las vendedoras de cosméticos en farmacias y afines. En fin, salgo rumbo a la farmacia mas cercana y me encuentro con esta inexplicabilisima escasez de cosméticos, repitiendo el proceso TRES VECES EN TRES FARMACIAS. Les prometo que no les miento. A la cuarta, que tuve que atravesar el tramo de España y Brasilia hasta Mariscal Lopez y me tomo media hora, llegue a la farmacia donde tenían lo que necesitaba. Por supuesto que a estas alturas yo ya estaba llorando a mandíbula batiente y gritando a nadie en particular que iba a estar horrible, que la industria cosmética iba a escuchar mis reclamos por esta afrenta, que faltaba una hora para estar en el lanzamiento y yo parecía la encarnación de Mafalda.

Ya con mis productos en mano, me prepare y con escasos 40 minutos para el evento, me vestí, pinte mis uñas, y atine a maquillarme dentro de lo posible. Cuando me chequeo en el espejo, me doy cuenta que mi mano derecha tiene manchas verdes. Arruine mi esmalte. En ese momento comencé a hiperventilar. Mi mama, que permitió que me vista en su casa vio mi desolación y vino en mi auxilio con su planchita y sus palabras de aliento: "no te preocupes, hija, no importa luego como te veas, a ellos les importa tu cerebro". Gracias, madre.

Llegue disparada, con los pelos apuntando en todas las direcciones posibles y mortificada porque el resto de las embajadoras son ESPLENDIDAS. Aldana Mesa, Gisella Casettai, Lucia Sapena, Yoli Tolengo, Ann Lee, todas fabulosas. Entonces, y mientras me fijaba en la decoración, me puse a pensar: todas las cosas que podían haber salido mal ese día, salieron mal. Pero a pesar de todo, estaba ahí. Llegue no tan tarde, y estaba rodeada de mujeres que harían exactamente lo mismo que yo, perseguir lo que necesitaban alcanzar, no importa cuantas puertas estén cerradas o cuanta lluvia caiga. Y de eso se trata abrazar la vida, verdad? Asi que me reí de mis desventuras, y pase un rato genial compartiendo con hermosas mujeres reales. Va una foto:



Y ustedes que también escriben o tienen ganas de escribir algunas de sus historias, pueden compartir un pedazo de su vida escribiendo a abrazalavida@dove.com.py . Las historias van a ser seleccionadas y publicadas en la Revista Vanidades. Por favor, no dejen de hacerlo, me va a encantar leer lo que escriban!

pd: y no dejen de seguir a Dove en Twitter! @Dove_Paraguay 

miércoles, 25 de julio de 2012

Unas palabras del esposo


Al inicio de mi matrimonio, yo estaba firmemente determinada a ser una esposa de libro de texto. La mejor versión posible de mi misma,  tenia la certeza absoluta de que si me esforzaba y ponía todas mis humanas fuerzas en ello, la mía iba a ser una unión conyugal donde todos los días partíamos hacia el atardecer montados en un fiel corcel blanco, el uno perdido en la mirada del otro.

Cual fue mi sorpresa al ir pasando los primeros meses y los años que siguieron al ver que atardecer mis polainas, el esposo llegaba a las 8 de la noche en un día que salió temprano, que las miradas se tenían que concentrar seriamente en las cuentas, facturas, documentos y tareas pendientes del hogar, y lo mas parecido a un corcel blanco fue nuestro perro Gardel, que lo ultimo que tenia era vocación de corcel, debido a  su irritante costumbre de tirarse al suelo y ofrecerte la panza para que le rasques al menor indicio de atención. 

Entonces y siempre en mi misión de ser la esposa perfecta, siempre que teníamos algún tipo de desacuerdo yo insistía enfáticamente que conversemos hasta llegar a un acuerdo o establecer la paz en el hogar. Y claro esta, las discusiones siempre surgían a eso de las 9 de la noche, porque jamas nos vimos en horas mas tempranas, a no ser que fuera un fin de semana. Esto tenia que ver con el conocido proverbio que dice "no dejes que el sol se ponga sobre tu enojo". Asi, cuando llegaba la noche y llegaba un desacuerdo, yo, por completo mortificada, emplazaba al esposo a discutirlo, revisarlo, analizarlo, confesarlo y disecarlo hasta que considere todo haya regresado a la normalidad. A veces esto significaba altas horas de la madrugada.

No recuerdo exactamente cuando deje de hacer eso. Tampoco recuerdo el día exacto que decidí que no había manera en el mundo en que yo fuera la esposa perfecta. Pero el otro día hablando con el esposo, el me confeso algo que fue una especie de revelación y no puedo dejar de compartir con ustedes. Asi que aquí, para beneficio de la humanidad en estado matrimonial, va:

-El odiaba quedarse hablando para resolver el problema.

Me explico, en palabras suyas "yo estaba cansado, lo que mas quería era dormir, y vos querías hablar hasta resolver que te dolió que te haya dicho que la sopita en sobre se te paso. No hubiera cambiado nada si dejábamos en paz el asunto y nos acostábamos a descansar".

Aquí estaba yo, tratando furiosamente de hablar hasta el ultimo detalle de nuestras vidas, porque estaba determinada a que el sol no se ponga sobre nuestro enojo, y lo único que estaba haciendo es irritar al esposo y hacerle sentir cada vez mas frustrado. Este santo varón jamas me dijo nada, hablo y hablo hasta que yo pase esa etapa, y hoy me entero de lo que representaba para el. Para el, que pone toda su confianza en mi, no cambia nada que esperemos a que los ánimos se calmen y estemos descansados para resolver una controversia. Es mas, lo prefiere.

Y, siendo muy franca con ustedes, creo que desde que rendí mis banderas y comencé a dejar de tener esas maratonicas sesiones de descarga, las cosas mejoraron bastante en el manejo de nuestros desacuerdos. Por alguna razón, las cosas siempre parecen mas gravosas, mas difíciles de resolver en la oscuridad de la noche. Al día siguiente, lo malo no parece tan malo y lo difícil no parece tan terriblemente difícil.

Pero por supuesto ese es nuestro caso. No soñaría con decirles a otros como vivir. Igual, pensé que deberían saber.

viernes, 13 de julio de 2012

ña Pao, belleza irresistible


Considerando que mis obligaciones laborales requieren que me levante a las 5 de la mañana, lo hago, de lunes a viernes. Pero no soy de esas mujeres que se levantan de un salto y salen luciendo regias, listas para llevarse el mundo por delante. Mas bien da la impresión cuando salgo por la mañana que me lié lo primero que encontré y me arrastré hasta el trabajo con los ojos a medio abrir. A eso de las 8 comienzo a parecer un ser humano normal, lo cual es un poco inconveniente dado que interactúo con gente desde las 6.

Ahora, teniendo todo eso en cuenta, necesito contarles lo que me paso esta semana. Todavía era de noche cuando salí de casa, y era un día bastante frío para nuestros lares, 4 grados. Yo soy totalmente proclive al frío, así que eso dentro de todo me pone de buen humor. Pero como todos los días, me lié lo primero que encontré y salí a la calle. Si nos llegamos a encontrar en esas condiciones, les ruego no juzguen mi gusto por la moda por lo que tenga puesto. Mis elecciones de vestuario a las madrugadas no representan en lo absoluto mi capacidad de producción en horas mas adecuadas. 

Ya cerca del trabajo, en uno de los un millón doscientos mil semáforos que hay en el camino, veo que un joven caballero del auto de al lado me mira insistentemente. Ahora, yo escribi en el pasado sobre el tema de la variopinta manada de gente que se encuentra en el transito asunceno diario, pero este señor en cuestión parecía determinado en su misión de mirar hacia mi lado. De hecho, el minuto que le mire, comenzó a sonreír..tímidamente primero, y después abiertamente. Finalmente levanto la mano y me hizo la señal universal de ok con el dedo pulgar levantado.

En los cinco segundos en los que transcurrió esto, yo pase por varios estados, a saber, 

primero indignación:

-"como se atreve este badulaque a venir a mirarme con ojos de avestruz en celo, atrevido"- 

posteriormente moralismo:

-"le pongo cara de ESTOY CASADA y si me mira un segundo mas le levanto la mano para que vea mi anillo, que se pensó este, que puede tratar de levantarme en el semáforo, desubicado"- 

y finalmente un poquito, solo un poquito de alegre reafirmación de mi autoestima:

-"mirá ña Pao, las 6 de la mañana y recibiendo miradas de aprobación, por lo visto a la madrugada es mi mejor hora. Belleza natural, que le dicen. Pobre muchacho, no puede evitar, mirá como te hace al pelo!"-

por supuesto, y como corresponde a una dama, en ese segundo desvío la vista de mi enarbolado admirador, cuando miro al retrovisor para chequear que alguien avanza y me doy cuenta lo que me puse por la cabeza antes de salir..

viernes, 6 de julio de 2012

Elegir las batallas


Me enorgullezco en casi siempre saber elegir bastante bien mis amistades. Las personas con las que paso mi tiempo, y que son mas cercanas a mi son no solamente los mejores amigos que uno podría pedir, sino también son personas que me desafían a pensar fuera de mi zona de confort, que me sacan de mi caja, formadores de gustos, de opiniones, y mucho de lo que soy hoy en día es por esos pocos pero invalorables miembros de mi familia del corazón.

Dos de ellos suelen decir cosas que últimamente intento afanosamente practicar.. y tienen mucho que ver con toda la situación coyuntural que el país, y los que vivimos en el, atravesamos. Y quiero compartir la sabiduría de ambos con ustedes hoy.

Lo primero lo dice mi mentora, que es una de las mujeres mas apasionadas e inspiradoras que conozco. Ella tiene un rango de energía que le permite interesarse y comprometerse con muchísimas cosas, todo el tiempo. Pero un día, al verme particularmente agobiada por una situación que simplemente no podía enfrentar, me dijo: 

Aprende a elegir tus batallas.

No es malo no estar en todas, absolutamente todo el tiempo. Somos humanos, falibles, y vulnerables, particularmente la que escribe. Por ejemplo, cuando todo esta sucediendo a la vez, la ropa en el cesto para lavar se acumula, la cena no esta lista, tengo que preparar mi informe para el trabajo y tiene que ser deslumbrante, tengo que hacer cita con la depiladora, el esposo y yo no hablamos como la gente hace dos días, los perros necesitan comida, mi mama se enoja porque no me fui este domingo a comer, una amiga piensa que no me voy a visitarle porque no quiero, no porque no tengo tiempo ni para peinarme y agradezcamos a Dios por el alisado permanente (amen), en facebook hay alguien que se ofende porque dice que me gustan mas los perros que los gatos y en twitter tomaron un comentario mío que era sarcástico como literal. Al mismo tiempo reclaman mi postura ideológica sobre la situación política, y esperan que me expida sobre si Olimpia o Cerro va a ganar el clásico este domingo.

Yo elijo mis batallas. No voy a ganar todas, y por mi salud mental, emocional y física, no voy a batallar todas. Hay cosas que simplemente, por falta de fuerzas o aprender a priorizar que es lo que genuinamente merece mi tiempo y mi energía, no voy a hacer. Puede llegar a incluir cualquiera de las cosas descritas arriba, o una lista interminable que no viene al caso mencionar. Cada uno sabe las un millón de batallas a las que se enfrenta todos los días. Y cada uno elige si, cual Quijote ir detrás de hasta las que son un molino de viento, o simplemente poner la mano extendida y decir: "no, gracias. De esto yo paso". Y si no hubiese sido por esta fabulosa mujer, no iba a aprender jamas que no esta mal hacerlo. Gracias, Sel.

Lo segundo va de la mano con lo primero, y lo dice el mejor amigo del esposo, que es también uno de mis caros afectos. El, amplio conocedor de mi carácter y de mi tendencia a preocuparme en extremo por básicamente todo lo que me rodea, me dijo un día: 

"Pao, si esto tiene solución, porque te preocupas? y si no tiene solución.. tampoco hay razón para preocuparte, verdad?". 

El pragmatismo de su forma de pensar me cayo como un balde de agua fría. Pero, por supuesto, tuve que admitir ahí mismo que tenia toda la razón. Si algo hay en mis manos que pueda hacer para solucionar lo que me angustia, preocuparme no sirve de nada. Mas bien es cuestión de ocuparme en hacerlo y ya. Y si lo que me preocupa esta por completo fuera de mi control, entonces tampoco tiene sentido estresarme. No me lo dijo porque me quiere, pero se que piensa que si a pesar de este perfectamente razonable argumento yo decido seguir angustiandome, es por plena decisión propia. Y estoy trabajando en aprender esta disciplina, que es un poco mas difícil que la primera. Gracias, Adolf.

Asi que esto quería compartirles. Son días difíciles, pero estoy convencida que pronto vamos a volver a reirnos de que el esposo volvió a dejar su gorra afuera y los perros comieron (por tercera vez). Van a volver esos días. Estoy segura.

Mientras tanto, enfriemos la cabeza antes de hablar, y guardemos los corazones ajenos, que andan particularmente susceptibles.
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