miércoles, 19 de enero de 2011

Mi pelopincho se pinchó.

foto vía taringa!


Como casi todo lo que compone la realidad paraguaya, el calor es sufrido en mi terruño. MUY sufrido. Es húmedo y pesado y, contrariamente a lo que un ex dictador ordenaba para tranquilizar a las masas y aportar a la desinformación colectiva diciendo que en Paraguay la temperatura jamás pasaba de 30° C, en realidad acá la temperatura sube a niveles obscenos. No es de extrañarse las tilingadas que vemos se mandan a diario propios y extraños.


El calor tiene la propiedad de quitarnos de nuestras casillas, de hacernos querer estrellar la cabeza contra la pared, de considerar seriamente salir a correr en bolas por la calle con un cacho de bananas en la espalda, como diría mi querida gorda. Y yo nunca fui de las que tiene paciencia con el calor. Ni la perspectiva del verano me emociona. Es más, lo habrán notado anteriormente con mi oda al invierno en posts previos, donde contaba que mi modus operandi ideal es en temperaturas menores de 20 grados, siempre. Si mal no recuerdo en la clase de historia contemporánea de la facu nos contaron que el día en que los franceses finalmente se levantaron en Revolución fue el más caluroso en muchos años. Y si, si sumás calor, humedad, pelo sin depilar, gente que no se baña, hambre, caca en las calles y descontento hacia el régimen monárquico tenés la fórmula lista para un kilombo de padre y señor nuestro, y es exactamente lo que pasó.


Y llegando al punto del post de hoy, ya saben que el esposo es de ideas descabelladas, o por decir lo menos, fuera de lo común. Es más, se gana la vida con eso. Así que cuando me emplazó a tomar una decisión entre comprar un Split para la sala o un pelopincho* porque el no pensaba sentarse a rascarse con ladrillos este verano, tomé mi postura con tranquilidad casi monacal. Un pelopincho es una buena idea, no se compara ni medianamente al costo de un Split, se arma y se desarma y hasta suena simpático, qué habría más inofensivo que eso?..


Informé con calma mi decisión y le dejé las obligaciones de compra al esposo, saliendo raudamente para el trabajo. Me hubiera fijado que sonaba a lo lejos una carcajada malévola.


Volví a casa para encontrarme que el quincho había sigo tragado por una estructura gigante de hule turquesa. En el medio, no sé si peleando para salvar sus vidas de las fauces del monstruo, estaban el esposo y un amigo, semimuertos de risa. Ante mi cara mitad incredulidad, mitad desconcierto, mi consorte se apuró a aclarar: “era la más chica que tenían, no había rectangular como vos querías. Ahora estamos inflando. Va a quedar bien”. Ahora, no me malentiendan, yo soy la primera en fila para tirarme a cualquier elemento que contenga agua limpia para refrescarme de este calor de locos, pero esto era ridículo. No les miento que el armatoste en cuestión abarcaba TODO el quincho. Las proporciones eran dignas de una carpa de circo. Ni lugar para caminar había.


Al borde del desmayo, partí a mis aposentos, solo para ser seguida por el esposo que insistía en defender su adquisición “está dentro del presupuesto, es grande y va a ser mejor, es linda, te va a gustar…yo voy a arreglar…” y así hasta que mirando mi cara de haberme finalmente vuelto desquiciada por su causa, entendió que era una batalla perdida y emprendió la retirada.


Al no ser posible la devolución, el gigante de goma se quedó ahí. Tomó 2 días llenar sus 6700 litros de agua, un filtrador y demás chiches. Por supuesto, no estoy haciendo apostasía de la situación, de hecho he chapoteado varias veces desde que se instaló el armatoste, dando vueltas cual pescado en pecera. Los perros tuvieron que ser mudados al frente, so peligro de intentar comerse el pelopincho, y en consecuencia redecoraron todo arrancando todas las plantas que había y llenando de barro la única parte que daba a creer que nuestra casa es normal. El calor, sigue implacable y Horacio finge demencia. Yo, cada vez que salgo a extender la ropa recién lavada, caigo de cara al agua.


Cuánto faltaba para que llegue el otoño?


*pelopincho: piscina de goma, inflable y desarmable.

4 comentarios:

oz dijo...

HAAHAHAHHAHAHA por favor! una foto! hahahahaa

Selva dijo...

Me encanta tu pelopincho!!jajaja!!

kokochon dijo...

jajaja que bueeeeeeeen post!

Fittos dijo...

Jajaja.... me mate de la risa...
Fotos del Pelopincho dentro del Quincho ya nomas.. jajaja... muy bueno el post!!!

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