jueves, 3 de febrero de 2011

Ña Pao, icono de la moda.

-este post está casi enteramente plagado de terminología de moda. Caballeros, si se rinden antes del 3er párrafo, no los culpo. Hasta la próxima!


logo vía: i-love-fashion.skyrock.com




Ayer tuve que ir a una boda. Si, un miércoles, a una boda. Si, a las 8 y media de la noche, un día laboral. Si, apenas llegamos.. pero eso no es a lo que quiero llegar hoy..


Además de la Navidad, las bodas son otras de las celebraciones que flotan mi bote. Me encantan las bodas, es una hermosa fiesta donde dos personas deciden por motu propio unirse, las familias se unen (aunque no siempre se quieran), la gente se pone linda, hay un banquete y postre a tutiplé, que más se puede pedir?


Demás está decir que, sumando a mi obsesión con todo lo relacionado a la moda y el glamour (hay algunos que no se veían venir eso, eh?) pongo mis mejores esfuerzos para estar resplandeciente en este tipo de ocasiones. Me parece que, además del regalo, es mi deber ponerme mis mejores galas para celebrar a la gente que me invita a algo tan íntimo y memorable como su boda.


Así que me encontré ayer, a las 8, llegada a casa, pasando por la ducha y vistiéndome con récords de velocista mientras el esposo hacía lo propio. Había pensado toda la semana en mi outfit* para la ocasión: un vestido strapless negro de Zara que nunca había estrenado, totalmente entallado, sublime. Peep toes de satén verde lima (o verde loro si sos Alejandra Prayones) Joyas doradas, todo vintage (aka: robado de mi mamá) y un sobre de satén gris. El epítome de la fabulosidad, moi. “Ña Pao, no vayas a estar más regia que la novia” tocaba mi propia bocina mientras me ponía la crema y me empezaba a cerrar el vestido…


Voz en mi cabeza: esperá, crema?? Con este calor!! Se me va a hinchar todo y se va a pegotear, NO VOY NADA!!
Voz alta: no pasa nada, vamos despacito y subimos todo el cierre (que es de costado y yo estaba contorneada cual bailarina de cirque du Soleil)
Voz en mi cabeza: no cierra, no cierra!!!! Ahora se pegoteó todo y mis manos llenas de crema se resbalan con el cierre!!!!!!! SOS!!! NO VOY NADAAAA
Voz alta: bue, la verdad es que está medio difícil….uy, estoy empezando a sudar, nooo Gardel, no me lamas las piernas!!


Después de 15 minutos de lucha, el vestido cerró y quedó en su lugar (y estoy hablando de un vestido TODO entallado HASTA LA RODILLA, en un calor que 40 grados…a quién se le ocurrió la brillante idea? Cómo, a mi??)


Ok, ya estamos tarde, zapatos, sobre, esposo que grita porque no le gusta como está planchada su camisa, yo sacándole el dedo del medio, no hay tiempo, no hay tiempo, hay que maquillarse!!!


Tiro todo lo que encuentro en mi cajón de maquillaje a la cama y me embadurno la cara.. Ahora, vestirme puedo, maquillarme, no. Nunca pude, siempre termino llorando y maldiciendo a la industria cosmética desde los inicios de Esteé Lauder. Así que siguiendo las instrucciones de mi querida amiga Cintia, make up pro, trato de recordar que hacer mientras me pinto la cara. Eureka! A la luz del baño, se ve espectacular. Con el pelo estirado, mi cara es el punto focal del conjunto, perfección! Ni yo creo mi destreza cuando salimos despavoridos porque seguro ya habría llegado la novia.


Llegados al evento, entro con paso real y la cabeza bien alta. Pero que bárbaro, como se da la vuelta la gente a mirarme! Debo estar más espléndida de lo habitual. Una musa italiana, eso debo parecer. Seguro Doménico Dolce y Stefano Gabbana* me llaman para consultar su próxima colección. Me siento con aires de pavo real y atentamente miro la ceremonia..


Entonces, bajo la cabeza y me miro…hay una ENORME mancha blanca en mi vestido NEGRO a la altura del pecho, hacia la derecha..NOOOOOOOO!!!! cómo pudo pasar esto??? Toco y quedo al borde del desmayo: crema. En mis contorsiones para ponerme el vestido, YO MISMA me manché con la crema que insistí en ponerme para que mi piel se vea tersa como cola de bebé!! Empalidezco. Trato de frotar disimuladamente la mancha. Uno de los caballeros de honor me mira con cara de espanto, oh nonono, no es lo que pensás! Bah…dejá.


Termina la ceremonia, beso, aplausos, lagrimones (Míos, porque inevitablemente lloro en todas las bodas.. me parece extremadamente romántico el decidir por cuenta propia atarte a alguien, más allá de las diferencias, por el resto de tu vida)


Mientras salimos para saludar a los queridos novios y a amigos en común, discretamente me fijo en mi cara para revisar si el rimmel no se corrió con el llanto..y veo que en mi lugar me mira ceremoniosa una señora con un maquillaje kabuki* digno de una geisha. Hijo de Potter!!!! Que kinotos pasó con mi cara!??? Se veía bien en casa!!! Y no ayudó el hecho de que, para ampliar la esplendidez, ese día había ido al solárium, así que desde mi cuello para abajo era una bronceada morocha, y mi cara la representación viva de los perfumes Kenzo. Aparentemente, no manejo muy bien los conceptos de iluminar e iluminador. Me pincho frenéticamente los cachetes para poner un poco de color y salgo al salón…donde, parece mentira, me esperan 15 personas para saludar y blablabla. Dios, llevame contigo, YA.


Media hora de tortura después, me arrastro como víbora afuera, el esposo detrás de mío. Juro en silencio a los cielos que me divorcio si el sabía de mis faux pás y no me dijo nada, mientras le pregunto: vos no viste nada raro hoy en mi? No tenés anda que decirme?..


Mi mitad, mi consorte, mi mejor amigo y mejor crítico, me mira parsimonioso de arriba a abajo y me dice: si nena,..estás hermosa. Estabas más linda que la novia.


El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser..*


*outfit: conjunto
*Doménico Dolce y Stefano Gabbana son, claro, el dúo creador de la fabulosa marca Dolce & Gabbana.
*kabuki: maquillaje exagerado usado por actores, especialmente ésos que desempeñan los papeles más dramáticos en obras afines.
* (1ª Cor.13:4-8).

2 comentarios:

VaneRV dijo...

Los maridos no entienden que son un filtro para decirnos si estamos decentes antes de salir. Hay que ponerles en papel y hacerles firmar!
Me reí mucho!

Unknown dijo...

me reiii Ña Pao! genia! :)

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