viernes, 7 de junio de 2013

ña Pao presenta: un cuento del esposo.

El esposo me hizo llegar su regalo de aniversario, y con su permiso, quise compartir con ustedes. Es un cuento escrito por el...

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Testigos

Que curiosa es la vida, con sus vueltas y etapas.

En estos días me puse a pensar que habría de diferente en mi vida si no estuviera casada. Como sería hoy yo sin el esposo..

Y para serles sincera, tengo que decirles que no vi demasiada diferencia. Las cosas iban a seguir un rumbo muy parecido al que hoy tienen. Probablemente me levantaría de madrugada, como siempre. Iba a ser un poco obsesiva con el orden, como hoy. Iba a dormir temprano, para la burla generalizada. Iba a tener perros, sin duda. Iba a pelear por mis sueños profesionales y seguramente iba a viajar todo lo posible, como hoy en día.

Pero hay detalles. Pequeñisimos detalles que iban a faltar si no me casaba con el esposo. 

Por ejemplo, hay algo particular que hacemos: bailamos como viejitos. A veces ni siquiera hace falta música. El viene y me agarra las dos manos y bailamos como bailan los viejitos hasta que nos tentamos y nos morimos de risa. Una vez su papá nos pilló bailando así y termino bailando con nosotros. Es un recuerdo que atesoro.

Y es que quizás el matrimonio se trate de eso. Pequeños detalles que hacen que nuestra vida sea trascendente. En la peli Shall we dance? el personaje de Susan Sarandon dice lo siguiente:

Necesitamos un testigo de nuestras vidas. Hay un billón de personas en el planeta..si te pones a pensar, qué significa una sola vida? Pero en el matrimonio, estas prometiendo que te va a importar todo. Las cosas buenas, las malas, las terribles, las poco importantes..todo, todo el tiempo, todos los días. Estas diciendo "tu vida no va a ser insignificante, no va a pasar desapercibida porque yo voy a celebrarte, yo voy a ser tu testigo".

El esposo es la única persona que genuinamente me vio por completo como soy. Y no solo en lo literal. Me vio con mis luces y con mis sombras. En mis momentos más brillantes y en aquellos donde no sentí ningún orgullo por mis actitudes. Me vio sana y estuvo a mi lado en mi lecho de enferma. Me vio derrotada y me vio exultante en medio del triunfo. Me vio caer y muchas ocasiones fueron sus brazos los que me levantaron. El es testigo de mi vida.

Si no estuviera el a mi lado, puede ser que mi vida no hubiera sido tan distinta. Pero sería menos plena. Faltarían esos detalles, por chiquitos que parezcan.

Por eso creo y me ratifico, que hoy 5 años atrás, tomé una de las mejores decisiones de mi vida. No es fácil, y porque la persona con la que te casas te ve en todas esas facetas que escribí arriba y tantas otras más, es probable que mantener el velo rosado del romance sea un trabajo que demande el mismo o mayor esfuerzo que uno de oficina. Y pesa más, porque mi carrera no se va a sentar a mi lado, hablando y jugando, o haciéndome bailar chistoso cuando sea viejita. El matrimonio es un trabajo que dura hasta el final de mis días.

Pero creo que vale la pena.
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