miércoles, 11 de mayo de 2011

Mami

Con este tema del loquero Bicentenario, creo que este año se nos pasó un poco la habitual fiebre del día de la madre. Donde siempre nos inundan con ofertas de electrodomésticos y afines para regalar a mamá en su día (como si fuera que mamá va a querer más que nada en este mundo más aparatos que le recuerden que tiene que limpiar la casa) ahora están tan enfocados en vender los televisores bicentenarios, los autos patrióticos y demás, que un poco se olvidaron de las mamás esta temporada. Y entre varias cosas que barajaba para contarles esta semana, como por ejemplo las aventuras del esposo, domador de cisternas-recuerdenme que les cuente ESO después- pensé que nunca les conté mucho sobre mi mamá.


Mi mamá es una de esas mujeres completamente pintorescas. Es terca y TAN determinada, que cuando algo se le mete en la cabeza, lo mejor que podes hacer es aceptar el hecho de que va a conseguir lo que ella quiera. Tiene la manía de medir las cosas con una toalla, así, cada vez que le vez con una toalla en mano extendiendo sobre las paredes o muebles, es porque está planeando construir o tirar algo abajo. No hay mucho que hacer al respecto.


Es coqueta al extremo, al punto que desde que tengo memoria, los sábados son sus días sagrados de ir al club a la peluquería, porque no tolera su cabello, naturalmente enrulado. Tampoco aguanta que vos no te arregles el pelo, que es peor, así que si te presentas frente a ella con una colita, te va a decir “porqué no te soltás tu pelo que es taaaan lindo?”.


Tiene la costumbre de hablar sola. Una costumbre que cuando se enoja contigo resulta notablemente irritante, porque se pasea por ahí, cerca tuyo zumbando como mosquito “claro, para eso una se esfuerza, años y años de esfuerzo y así me pagan, pero ya van a ver, un día de estos me canso y agarro y me voy. No sos capaz de recoger las medias que dejás en el sofá, total, si está la burra que va a venir a recoger, cual lo que es el problema, verdad? Qué necesidad luego hay de valorarle a la madre, pero que quede bien claro que no quiero que vengan a llorar sobre mi tumba, eh? No quiero gente falsa, ah, pero me olvidaba Ana Paola (si, ese es mi nombre completo, pero que quede entre nosotros nomás, por favor) que vos no crees luego en llorarle a los muertos, para que vas a llorarle a la que te dio la vida, ni siquiera vas a lamentar mi muerte seguro..yo no sé que hice mal al criarte para que salgas así de desalmada, y encima me mirás con esa cara de odio, crees que no me doy cuenta, claro, piensan que soy la idiota yo. Yo sé todo, yo tengo gente que les vigila y me cuentan cada movimiento que hacen ustedes, sabes? A una madre no vas a mentirle, NO PENSAS LEVANTAR LA MALDITA MEDIA DEL SOFAAAA?????”. Un poco irritante puede llegar a ser, a veces.


Pero es la también la única persona en el mundo que piensa que soy más linda que Leryn Franco (perdón, Leryn, yo tampoco pienso), que considera que mi hermano Alex debería ser candidato al premio Nobel por sus contribuciones al estudio de las víboras, que afirma con toda seriedad que es una pena que el príncipe William se haya casado, porque si le conocía a mi hermana Rocio seguro caía rendido a sus pies y que daggmy  es lo más fabuloso e ingueroviable que dignó esta tierra con su presencia.


Es también la misma que cuando papi nos dejó, aprendió a manejar un escarabajo -tan destrozado que le poníamos almohadas en los asientos- para llevarnos a nuestras actividades, y en el proceso de aprendizaje se llevó por delante un portón del barrio. Perdón, vecino.


La que cada vez que viaja, que es a menudo porque ya se jubiló y se ganó el derecho, promete con el puño al cielo que no va a volver a traer “miles de regalos para ustedes, malagradecidos, vengo como esas mulas cargueras y un día de estos en Aduanas me paran y me sacan todo y ahí les quiero ver”. Pero siempre vuelve cargada hasta el tope, con regalos que son todos para nosotros, y casi nada para ella.


La única que cada día del periodista hace 6 años me saluda con un telegrama de felicitación, que siempre dice “feliz día a mi periodista preferida, te ama, mami”. La que llamaba a cada uno de los lugares donde trabajé y se sorprendía cuando alguien no sabía quién soy yo. La que en 17 años no hizo otra cosa que mostrarme un ejemplo de completa entrega, porque puso en sus espaldas criarnos, sostenernos y formarnos, y cuando tuve mis rabietas de pendeja estúpida y me enojaba con el mundo o con mi papá porque las cosas no salieron como yo pensaba que me merecía tenían que salir, me decía “el mundo no tiene porqué aguantarte así, no tenemos la culpa. Y papi es tu autoridad, y haga lo que haga se merece tu respeto. Porque yo digo, chiquilina”. Y no permitía que bajo su techo se hable mal del esposo que la dejó un día sin mayores miramientos. Es la misma que cuando papi decidió irse de la casa, personalmente se encargó de hacerle las valijas, con la ropa perfectamente acomodada, como preparándole para un viaje más. Hasta hoy no me olvido del imponente comportamiento de lady que tuvo a lo largo de muchos años de desaires, y de ese año en particular.


Es la que no dudó en liarme unos cuantos* cuando me hizo falta porque vivía con la cabeza llena de pedos rosados y me creía el ombligo del mundo. La que me recuerda que sea atenta con los mayores y compasiva con los menores, que hasta hoy me ordena que salude, porque “a nadie le gustan las nenas maleducadas, mi hija”. La que me espera de lunes a viernes para comer con ella y me pregunta por mi trabajo como si yo fuera Dilma Rousseff, y que no puede entender cuando un domingo no aparezco a almorzar por su casa.


Por ella estoy acá, y es probablemente la razón por la que alcancé lo que sea que haya alcanzado hasta hoy. Disculpenme que hoy me salga de mi rutina sarcástica, pero amerita la ocasión. Y aunque es breve esto para contarles todo el universo que es mi mamá, este es mi simple homenaje. Feliz día, mami, el 15 hacemos lo que vos quieras, después de tanto tiempo hinchando por mi, te merecés que yo hinche por vos. Y sé que no me perdonarías que festeje a la patria con más rimbombancia que a vos, así que me vas a tener que aguantar desfilando frente a tu casa con banda de músicos y chiroleras.


*liar unos cuantos: pegar con cinto.

4 comentarios:

Unknown dijo...

no se si reirme o llorar!!! en serio q cuando sos mamá vas a dar la vida x tus hijos, lo q tenes y lo q no tb con tal q no sufran!! y tu mamá es una mujer EXCEPCIONAL :) Salud tia Ana x tu dia!!! y feliz día mami (aunq nunk llegues a leer esto)

Natalio Ruiz dijo...

¿Tu mamá nunca te dijo cuando salías apurada de tu casa: “Aunque sea bebido na tomá mi hija”?

kokochon dijo...

muy bueno, no fue cursi. :-)

Yvonne Boss dijo...

lagrimas.....y mas lagrimas...!

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