martes, 30 de junio de 2009

Ataque de los part-time zombies

Qué dispositivo hay en el cerebro de los hombres que los incapacita a dar respuestas coherentes a ciertas horas del día?

Cada uno de ellos tiene una programación particular, por supuesto, no voy a cometer el faux pas de meterlos a todos en la misma bolsa, no me vayan a caratular como feminista amargada y obtusa; pero según mi recientemente adquirido status de miembro de una oficina en la que la blatante mayoría somos mujeres y tenemos la posibilidad de observar a nuestros queridos compañeros de cerca debido a la cantidad grotesca de tiempo que pasamos juntos a diario, llego a esta conclusión.

Los hombres tienen un rango de reacción menor, cercano al sueño REM, a horas específicas del día, diferentes horarios en cada caso, puede ser, pero igual característica en todos y cada uno.

El otro día, había estado recuperándome de una poco común gripe, de esas que me agarran una vez al año y me forzan a soportar el tedio de quedarme quieta en la cama y tener que leer libros que por la situación forzosa de inmovilidad, me resultan insulsos (por muy interesantes que me parecieran antes o después).. en síntesis, Hori había superado sus habilidades de enfermero con un despliegue impresionante de sopita en sobre (la tipo crema, la simple me da asquito) con tostaditas y mantenerme liada cual rollo primavera con una frazadita en el sofá. En algún momento tenía que terminar y volver a la rutina.
Lunes era, y luego de poner en pausa el despertador por cuarta vez, pedí soñolienta a mi amado: “podés levantarte y prepararte ya así yo duermo un ratito más ?(la explicación de porqué pido eso está en historias previas)”. Mi compañero, por supuesto, dijo entre sueños “seeee, nenaaaa”.. lo próximo que sucedió era que miré mi reloj y faltaban 5 minutos para la hora de entrada en mi trabajo y el objeto de mis afectos yacía a mi lado, roncando a pata suelta.. y yo creidísima que iba a estar listo y espléndido, despertándome para empezar la rutina diaria, quizás con algún sándwich en mano preparado para llevar a desayunar en la oficina (qué me llevo a creer algo semejante, no me lo pregunten). No voy a pasar a describir la escena posterior, baste decir que pelos parados, sábanas volando por los aires, gruñidos y altos decibeles de frases incomprensibles fueron el inicio de la jornada que para colmo, comenzaba la semana. El resto cayó cómodamente en su rutinario y calamitoso lugar de todos los días.

Ahora dirán, claro.. ”qué exagerada.. lo único que hizo es no despertarse cuando ella le pidió, se durmió un poco más (40 minutos más) , que tanto” pero las mujeres que pueden imaginarse la situación, y que viven a diario con un part-time zombi, pueden identificarse conmigo, los que no, pueden buscar el lado cómico, y se habrán entretenido por unos minutos de su día.

Salud.

3 comentarios:

David dijo...

ohh oooooooohh ohooohhhhhh cerrebrooooh oooooohhhhh

VaneRV dijo...

los hombreeeeeeeeeeeeeeeeeessssssssssssss son todos iguales!

Pao, yo descubrí que tengo que vivir a 6 husos horarios de Chris para encontrarlo despierto. Le llamo al mediodia y para él son las 6 am. Si viviera en Atenas, le llamo a las 6pm y para él son las 12 am. Esperá, si le llamo a las 12 pm de acá, y a las 6pm de Atenas, igual va a estar dormido. Rayos. Tendré que vivir a 12 husos horarios del estimado?

Fernando Ugarte dijo...

jajajajajaj...que gracioso!

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