viernes, 27 de mayo de 2011

Cuatro cosas que me ponen pirevaí (y una que me emociona)

-la gente que estaciona el auto atravesado usando dos lugares: viste cuando llegás a un lugar y sobra UN espacio para estacionar? es tarde, estas cansada, tenés millón cosas que hacer y te das cuenta que lo que pensaste que era tu espacio salvador está ocupado por una megacamioneta-auto de lujo-chatarra-loquesea de algún desconsiderado/a que no se molestó en tomarse 10 segundos más para poner su auto como la gente? ese tipo de cosas me hace pensar en lo que Bareiro decía: "el paraguayo no tiene conciencia del otro". Simplemente no le pasa por la cabeza que yo también tengo derecho a estacionar. Bueno, yo me tomo el tiempo. Mi auto no vas a encontrar así. Y estoy considerando empezar a llevar un clavo gigante para dejarle una ruedita desinflada al próximo que vea que abuse del derecho ajeno así. Aviso.


-los bullies del social media: En estos días me encontré con que tanto se habla del bullying y tantas son las formas de agresión o acoso que las líneas son medio difusas ya. Particularmente, yo soy una creyente de que hay que dejar que la gente se exprese, siempre y cuando lo haga respetando al otro y civilizadamente. Y salen ciertos autoproclamados (pero en conducta, porque lo no van a decir directamente jamás, para poder justificarse en su falsa humildad) gurues del social media, que desesperados ante la afluencia masiva de la gente a Twitter, Facebook o llamale cangrejo, lo mejor que se les ocurre es empezar a desvirtuar a los users novatos, calificandolos con términos que piensan que nadie más va a entender -porque ellos son tan capos que ya saben todito lo que hay que saber en el universo digital pues-. Verán, lo que quieren Jobs, Zuckerberg, los creadores de Twitter, etc., es que la gente acuda en masa. Que usen sus herramientas, que escriban de las boludeces que les interesa o de los acontecimientos que a diario cambian el mundo. Hay lugar para todos. Si te ponés a despotricar porque antes el Twitter -en tu cabecita llena de nubes de pedos rosados- era antes un lugar solo de media docena de cool people y donde todos se felicitaban unos a otros por ser los únicos cool que usan Twitter, dejame decirte que me huele a desesperación de que alguna de esas personas novatas aprenda a usar mejor la herramienta que vos, y termine teniendo más seguidores (palabra que odio y me rehuso a usar para mí. Es autoensalzante y algunos se las creen totalmente por eso) que vos. O peor, que tenga oportunidades en foros, charlas o inclusive trabajo que vos estás ocupando como si fuera que sos la única persona en el mundo que puede hacerlo. El social media es social, es para compartir, es para usar, es para conectarse. Y a mi me rompen las bolas los bravucones, en la vida real, o en la vida virtual.


-el PAP: el otro día y por primera vez en mi vida, para poder hablar con autoridad de la necesidad de hacerlo, marché resignada a hacerme un PAP. Es terrible. Es invasivo, es frío y un proceso donde la doctora te mira con cara de chupar limón, mientras te dice que "si te duele es porque no te relajás". Si, viste que es re simple relajarse mientras te meten una cañería de metal helado ahí abajo. No sé como no se me ocurrió que relajarme era la solución, perdón doctora. El lado positivo? salió todo bien.


-la gente que no respeta tu tiempo: existe algo que está en los lugares prioritarios de cosas que valoro: mi tiempo. Debe ser porque manejo tanto y durante tanto rato todos los días que las cosas que tengo que hacer las tengo que hacer rápido, y que son pocas las cosas que puedo hacer que realmente me gustan. Cuestiones logísticas, que les dicen. Si alguien me dice que me espera a las 5 de tal día, ese día y sin falta, yo voy a estar a las 5, quizás antes inclusive. Me da todo cosa la idea de hacerle esperar a alguien y que por mi causa pueda llegar a perder un compromiso o la oportunidad de hacer algo. Y todavía sigue asombrandome cuando me doy cuenta que en la mayoría de los casos no es correspondido. Hacerle perder tiempo a la gente es UNA DE LAS PEORES FALTAS DE RESPETO. Hora que lo aprendan si no se los enseñaron en sus casas.


-mi Pinterest: viste cuando ves algo en la red que te gusta tanto pero tanto que querés recortar y guardar en una carpeta, como hacíamos las nenas con el papel de cartas? bueno, algo así es Pinterest, un nuevo lugar donde podes hacer "pinning" de las cosas que más te gusta y poner en pizarras personalizadas, según categorías: viajes, moda, perros, tecnología, lo que quieras. Todo ordenadito y a la vista. Gracias a la gente de Pinterest por enviarme la invitación. Puede que esté un poquito obsesionada. No sé. Quizás. Si. Totalmente.


buen finde, queridos.

jueves, 19 de mayo de 2011

I´ll be there for you

Una de las formas más simples de determinar cual es mi generación es contándoles cuánto me gusta Friends. La serie, que comenzó en 1994 y terminó 10 años después es una de las columnas vertebrales de mis años de soltera, fuente de risas, meriendas en sofás, y la consecuente proliferación de cafés con feeling de sala de una casa por todo el mundo. Si antes todas teníamos dos queridas amigas a quienes amábamos, queríamos tres mejores amigos que complementen el grupo y revivan lo que cada semana veíamos en pantalla y que nos hacía creer que aunque todo esté mal, aunque nuestro trabajo no sea precisamente el de nuestros sueños, aunque a veces nos rompan el corazón, podíamos juntarnos a reírnos entre todos un rato y la vida no iba a ser tan deprimente..


Mi personaje absolutamente favorito es Chandler, y hasta hoy creo que a Matthew Perry no le hicieron justicia en su industria con semejante talento y que lo único que veamos ahora es decenas de badulaques sin más capacidad que gritar motherf*cker cada dos palabras, que se hacen llamar comediantes. Por ahí algún día hago mi lista de humoristas favoritos acá, a modo de salvavidas de la memoria.


De las chicas, le amo a Rachel. Siempre le amé. No me interesa si es malcriada, o medio boba, le amo. Creo que es encantadora. Creo que su lugar era con Ross. Ross también era encantador. Les amo 


Y ayer, en un miércoles cualquiera y sin mayor evento que haya propiciado, me encontré mirando videos viejos de Ross y Rachel en Youtube y echando algunos lagrimones, por mi pareja favorita en una serie en toda mi vida (ni Carrie y Mr. Big les ganan) y por los años que no perdonan. Y me pareció que lo mínimo que podía hacer era compartir con ustedes.


MEJOR beso de la historia de la tele!! (MORI)



buen juernes a todos! nos encontramos en Central Perk?

miércoles, 11 de mayo de 2011

Mami

Con este tema del loquero Bicentenario, creo que este año se nos pasó un poco la habitual fiebre del día de la madre. Donde siempre nos inundan con ofertas de electrodomésticos y afines para regalar a mamá en su día (como si fuera que mamá va a querer más que nada en este mundo más aparatos que le recuerden que tiene que limpiar la casa) ahora están tan enfocados en vender los televisores bicentenarios, los autos patrióticos y demás, que un poco se olvidaron de las mamás esta temporada. Y entre varias cosas que barajaba para contarles esta semana, como por ejemplo las aventuras del esposo, domador de cisternas-recuerdenme que les cuente ESO después- pensé que nunca les conté mucho sobre mi mamá.


Mi mamá es una de esas mujeres completamente pintorescas. Es terca y TAN determinada, que cuando algo se le mete en la cabeza, lo mejor que podes hacer es aceptar el hecho de que va a conseguir lo que ella quiera. Tiene la manía de medir las cosas con una toalla, así, cada vez que le vez con una toalla en mano extendiendo sobre las paredes o muebles, es porque está planeando construir o tirar algo abajo. No hay mucho que hacer al respecto.


Es coqueta al extremo, al punto que desde que tengo memoria, los sábados son sus días sagrados de ir al club a la peluquería, porque no tolera su cabello, naturalmente enrulado. Tampoco aguanta que vos no te arregles el pelo, que es peor, así que si te presentas frente a ella con una colita, te va a decir “porqué no te soltás tu pelo que es taaaan lindo?”.


Tiene la costumbre de hablar sola. Una costumbre que cuando se enoja contigo resulta notablemente irritante, porque se pasea por ahí, cerca tuyo zumbando como mosquito “claro, para eso una se esfuerza, años y años de esfuerzo y así me pagan, pero ya van a ver, un día de estos me canso y agarro y me voy. No sos capaz de recoger las medias que dejás en el sofá, total, si está la burra que va a venir a recoger, cual lo que es el problema, verdad? Qué necesidad luego hay de valorarle a la madre, pero que quede bien claro que no quiero que vengan a llorar sobre mi tumba, eh? No quiero gente falsa, ah, pero me olvidaba Ana Paola (si, ese es mi nombre completo, pero que quede entre nosotros nomás, por favor) que vos no crees luego en llorarle a los muertos, para que vas a llorarle a la que te dio la vida, ni siquiera vas a lamentar mi muerte seguro..yo no sé que hice mal al criarte para que salgas así de desalmada, y encima me mirás con esa cara de odio, crees que no me doy cuenta, claro, piensan que soy la idiota yo. Yo sé todo, yo tengo gente que les vigila y me cuentan cada movimiento que hacen ustedes, sabes? A una madre no vas a mentirle, NO PENSAS LEVANTAR LA MALDITA MEDIA DEL SOFAAAA?????”. Un poco irritante puede llegar a ser, a veces.


Pero es la también la única persona en el mundo que piensa que soy más linda que Leryn Franco (perdón, Leryn, yo tampoco pienso), que considera que mi hermano Alex debería ser candidato al premio Nobel por sus contribuciones al estudio de las víboras, que afirma con toda seriedad que es una pena que el príncipe William se haya casado, porque si le conocía a mi hermana Rocio seguro caía rendido a sus pies y que daggmy  es lo más fabuloso e ingueroviable que dignó esta tierra con su presencia.


Es también la misma que cuando papi nos dejó, aprendió a manejar un escarabajo -tan destrozado que le poníamos almohadas en los asientos- para llevarnos a nuestras actividades, y en el proceso de aprendizaje se llevó por delante un portón del barrio. Perdón, vecino.


La que cada vez que viaja, que es a menudo porque ya se jubiló y se ganó el derecho, promete con el puño al cielo que no va a volver a traer “miles de regalos para ustedes, malagradecidos, vengo como esas mulas cargueras y un día de estos en Aduanas me paran y me sacan todo y ahí les quiero ver”. Pero siempre vuelve cargada hasta el tope, con regalos que son todos para nosotros, y casi nada para ella.


La única que cada día del periodista hace 6 años me saluda con un telegrama de felicitación, que siempre dice “feliz día a mi periodista preferida, te ama, mami”. La que llamaba a cada uno de los lugares donde trabajé y se sorprendía cuando alguien no sabía quién soy yo. La que en 17 años no hizo otra cosa que mostrarme un ejemplo de completa entrega, porque puso en sus espaldas criarnos, sostenernos y formarnos, y cuando tuve mis rabietas de pendeja estúpida y me enojaba con el mundo o con mi papá porque las cosas no salieron como yo pensaba que me merecía tenían que salir, me decía “el mundo no tiene porqué aguantarte así, no tenemos la culpa. Y papi es tu autoridad, y haga lo que haga se merece tu respeto. Porque yo digo, chiquilina”. Y no permitía que bajo su techo se hable mal del esposo que la dejó un día sin mayores miramientos. Es la misma que cuando papi decidió irse de la casa, personalmente se encargó de hacerle las valijas, con la ropa perfectamente acomodada, como preparándole para un viaje más. Hasta hoy no me olvido del imponente comportamiento de lady que tuvo a lo largo de muchos años de desaires, y de ese año en particular.


Es la que no dudó en liarme unos cuantos* cuando me hizo falta porque vivía con la cabeza llena de pedos rosados y me creía el ombligo del mundo. La que me recuerda que sea atenta con los mayores y compasiva con los menores, que hasta hoy me ordena que salude, porque “a nadie le gustan las nenas maleducadas, mi hija”. La que me espera de lunes a viernes para comer con ella y me pregunta por mi trabajo como si yo fuera Dilma Rousseff, y que no puede entender cuando un domingo no aparezco a almorzar por su casa.


Por ella estoy acá, y es probablemente la razón por la que alcancé lo que sea que haya alcanzado hasta hoy. Disculpenme que hoy me salga de mi rutina sarcástica, pero amerita la ocasión. Y aunque es breve esto para contarles todo el universo que es mi mamá, este es mi simple homenaje. Feliz día, mami, el 15 hacemos lo que vos quieras, después de tanto tiempo hinchando por mi, te merecés que yo hinche por vos. Y sé que no me perdonarías que festeje a la patria con más rimbombancia que a vos, así que me vas a tener que aguantar desfilando frente a tu casa con banda de músicos y chiroleras.


*liar unos cuantos: pegar con cinto.
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